Es el año 2030, diez años han pasado desde el lanzamiento de la Política Nacional de Inclusión Financiera. El país ha logrado que la mayoría de las personas y de las empresas estén incluidas financieramente, y tengan una adecuada salud financiera; con ello se ha alcanzado una inclusión social más amplia, con menor desigualdad y pobreza.
Se ha logrado que las y los mexicanos, sin importar su edad, sexo, ingreso, condición laboral ni lugar donde radiquen, accedan y usen los productos y servicios del sistema financiero, con mejores conocimientos, habilidades y aptitudes económico-financieras.
Un mayor número de personas y de mipyme tienen acceso a créditos, que les han ayudado a materializar sus ideas, aprovechar oportunidades de negocio, generar ingresos y construir un patrimonio.